El primer osario contenía en una de sus caras la inscripción “Yehshúah Bar Yoshef” (Jesús, Hijo de José) escrita en arameo con trazos poco elaborados. El primer nombre aparecía precedido por una marca en forma de cruz de significado desconocido. Los nombres de Jesús y José eran relativamente comunes en el s. I, así que el descubrimiento pasó bastante desapercibido.
¿Podría ser Jesús de Nazaret el personaje al que se refiere la inscripción del osario? Si así fuese, se trataría del objeto más antiguo jamás encontrado relacionado física y directamente con el fundador del cristianismo. Pero, ¿no se supone que el cuerpo de Jesús desapareció del sepulcro en el que lo habían depositado y, por tanto, sus restos no fueron nunca hallados?
Las escrituras nos dicen que José de Arimatea, un acaudalado seguidor, obtuvo permiso para depositar el cadáver de Jesús en su tumba personal y que, dos días después, el sepulcro fue encontrado vacío (Mateo 27:57-60). Sin embargo en las fuentes bíblicas no queda nada claro el destino del cuerpo. La ascensión de Jesús a los cielos, tras la resurrección, se describe en Lucas 24:51 y Hechos de los Apóstoles 1:9-11, pero estas referencias no especifican si se trata de una resurrección física o espiritual.
Entonces, ¿podría tener alguna relación el osario en cuestión con el Jesús bíblico? De ser así, deberíamos encontrar nombres relacionados con su genealogía en el resto de los osarios de su tumba familiar...
1 comentario:
Sigue, socio, que me has dejado intrigado con la tumba esta.
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