martes, 12 de febrero de 2008

La táctica en el fútbol (I)

Imagino que lo más indicado sería comenzar esta serie de entradas delimitando claramente el objeto de nuestro estudio. Me refiero a elaborar una buena definición de táctica y, sobre todo, una clasificación de sus diferentes tipos atendiendo a los criterios más significativos. Probablemente, esto sería lo ajustado a una buena metodología didáctica, y aunque prometo intentar no apartarme demasiado de ese esquema, no les garantizo que no les acabe hablando de asuntos menos mundanos, y mucho más abstractos y filosóficos. O viceversa. En fin, advertidos quedan. Vamos allá.

Decía uno de mis profesores en la escuela de entrenadores, aunque no recuerdo si la cita es suya, Juan José Vila, que la táctica engloba todo los aspectos inteligentes del fútbol. Bien, es una definición. No aclara mucho, pero menos es nada. Aún así, partamos de ella.

¿A qué se refiere con eso de "aspectos inteligentes"?, ¿tiene el fútbol realmente algo de inteligencia?. La verdad es que esta última pregunta haría las delicias de cualquier "antifutbolero" que se precie. Pero sí, el fútbol, pese a que a veces cuesta Dios y ayuda reconocerla, es un deporte en el que la inteligencia tiene un predominio absoluto sobre cualquier otra cualidad. O al menos, así debería ser. Les explico.

Como todo juego competitivo, el principal objetivo es ganar (integristas del deporte recreativo no se corten las venas todavía, que no me refiero al fútbol base, o eso creo). Y para vencer es obvio que hay que marcar un gol más que el contrario como mínimo. Bien, pues ahí es donde hay que volcar todo nuestro saber. Debemos pensar en la forma más apropiada para poder conseguir nuestro objetivo. Estamos hablando ahora, de una inteligencia previa, general y colectiva. Es decir, antes de disputar el partido (previa), hemos pensado en ciertos principios (general) de juego que afectan a todo el equipo (colectiva), y que consideramos que son los más apropiados para conseguir la victoria.

Huelga decir que este tipo de inteligencia, afecta, fundamentalmente, a los entrenadores. Ellos (nosotros) son los que, atendiendo a todo tipo de razones (propia filosofía, conocimientos adquiridos, idiosincrasia del club, cualidades de los jugadores o de los rivales, objetivos puntuales, circunstancias clasificatorias, etc, etc) deciden qué forma, sistema, esquema de juego o como quieran llamarle, es el más indicado para superar al rival. En este punto, nos encontramos con un asunto polémico: ¿cuál es (si es que lo hay) el sistema de juego más propicio para conseguir la victoria?. Y muy relacionado con la repuesta que demos a esa cuestión aparece este otro interrogante: ¿debe variarse la forma de juego dependiendo del rival que se tenga enfrente?. Lamentablemente, esas y otras muchas respuestas las tendrán que encontrar por ustedes mismos. El fútbol es para inteligentes, recuerden.

Y aquí nos vamos a quedar, por ahora. Porque aunque parece que apenas hemos tocado más que de refilón algunos aspectos relacionados con la táctica, lo que hemos visto es mucho más importante de lo que parece. Y es que de la decisión que tomen ustedes sobre el modelo de fútbol que prefieren para conseguir sus objetivos, dependerá todo el trabajo que tengan que realizar en la temporada con su equipo. Pero ese es otro tema del que les hablaré en posteriores entradas. Por ahora, bastante tendrán con reflexionar hasta poder contestar con convencimiento a esta fundamental pregunta: ¿Cuál es mi concepto de fútbol?.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenazo tu blog, primera vez que entro y me parece super!!... voy a leer toodos tus post

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