viernes, 22 de agosto de 2008

Mudanzas, amigos y furgonetas

Tengo una furgoneta y esa es mi perdición. Me siento un hombre objeto, soy incapaz de saber si la gente entabla amistad conmigo por lo que realmente soy o por el enorme espacio vacío del vehículo de mi propiedad. Y es que cada vez que algún conocido me llama para invitarme a alguna actividad, más tarde o más temprano, me acaban soltando la inevitable pregunta: "¿Está libre tu furgoneta?".

Porque los eventos para los que tienen el gusto (ellos, no yo) de solicitar mi presencia motorizada no suelen ser fiestas locas o excursiones playeras, no, son más bien del tipo "¿por qué no vienes al concierto de mi grupo en el quinto pino, y así cargamos los instrumentos de la banda en tu furgo?", o "me he comprado una casa en el campo, ¿por qué no me acompañas a verla y de paso llevamos un frigorífico y un lavavajillas?", y peor todavía: "¿por qué no te pasas a despedirte de la casa vieja, y me echas una manita?. Es que son tan pesadas y caras las mudanzas".

Hay un capítulo de la mitica serie de tv "Seinfeld" en la que George, Elaine y Kramer advierten a Jerry de que un nuevo conocido suyo se está aprovechando de él, ya que se ha atrevido a solicitarle ayuda para una mudanza, cuando todo el mundo sabe que favores tan grandes sólo se piden a los amigos de toda la vida. Lamentablemente en España no rige esa ética, así que cualquier conocidillo enterado de mi capacidad de remolque, no se corta un pelo a la hora de aprovecharse de mis espaciosas y móviles posibilidades.

Así que, por favor, si ustedes están mudándose, llévenlo lo mejor que puedan, pero no requieran tan alegremente la ayuda de sus amigos, salvo que no les importe que puedan resultar aliviados con su inminente partida. Visto lo visto, y puesto que no creo que ninguno de ustedes se parezca al caracol de la imagen, que es capaz de llevar su casa y su santa esposa a cuestas, la única solución que se me ocurre a su pequeño problema logístico es que le echen un vistazo a los enlaces de esta entrada, y descubran cómo, pese a su desastroso castellano (si visitan los links lo entenderán), en Estados Unidos han resuelto el asunto este de las mudanzas de una manera sencilla y barata, gracias al ingenio de una afamada empresa de transportes.

La cosa es la siguiente, si no he entendido mal: ABF (que así se llama la agencia) aparca un contenedor enfrente de la casa de las personas o familias que tienen que mudarse; éstas, durante tres días, lo van rellenando, total o parcialmente, con sus pertenencias, y entonces, ABF lo recoge y lo lleva ahora ante su nueva residencia, donde, durante otros tres días, puede ser tranquilamente vaciado. Ya ven, de esta manera tan simple, se consiguen reducir notablemente los elevados costos económicos de una mudanza sin tener que recurrir a la generosidad de los inocentes amigos con furgoneta. ¡Ay, qué feliz sería yo en América, y qué poquitos amigos tendría!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

las mudanzas siempre han sido un dolor de cabeza, creo que lo mejor es contratar profesionales que puedan ofrecer dicho servicio garantizando los muebles por el valor real.

Popeso Dudando dijo...

Bonito y sutil spam. No lo borro, está bien currado.

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