jueves, 7 de agosto de 2008

Redes sociales: prohibido apostatar

Quizá les resulte poco apropiada o algo exagerada la combinación de imagen y titular que encabeza esta entrada. Pues ni mucho menos, creo que hasta me he quedado corto. Y es que darse de baja de muchas de las abundantes redes sociales que pueblan internet, a veces, se convierte en una auténtica odisea, por no decir una misión absolutamente imposible. De tal manera, que si están meditando dejar alguna de ellas, piénsenselo mejor, pues, probablemente, les traerá más complicaciones que abandonar la "Cosa nostra" o la secta de los "Davidianos".

Como ejemplo, vean si no, lo que me acaba de ocurrir al intentar darme de baja en hi5:

Como no quiero ser mal pensado, me voy a creer eso de que es un error temporal. Aunque no deja de resultar algo mosqueante, ¿no creen?. Y no es muy distinto a lo que sucede con otras redes como Facebook, Tagged, etc, etc. En ellas, como en hi5, no es fácil encontrar el link que te permita acceder al borrado de la cuenta, pero, además, esta cancelación no es sencillo convertirla en definitiva, ya que la única opción habilitada (que yo vea) es la de la desactivación. Me explico, los datos de nuestro devenir por esa comunidad no son completamente eliminados, de tal manera que, si nos arrepentimos y activamos otra vez la cuenta, reaparecerá, casi por arte de magia, toda nuestra información personal. Si nuestro deseo es que esos datos sean suprimidos para siempre, ahí, a buen seguro, comenzará nuestro auténtico calvario. Por lo menos, eso cuenta este interesante artículo,

Otro tema espinoso, también, es el de qué sucede con las famosas aplicaciones que operan en las redes sociales. Mi experiencia me dice que, aún habiendo abandonado la red madre, no siempre las aplicaciones cancelarán nuestras suscripciones. O, por lo menos, de manera automática e inmediata. De hecho, no es raro continuar recibiendo comunicaciones, por correo electrónico, de esas "apps", durante un considerable periodo de tiempo posterior a la anulación. Y lo que es peor, nuestro datos, de igual forma, seguirán circulando imparablemente entre sus irreductibles usuarios, por mucho que nos disguste.

Y ya que le hemos tomado gusto a la apostasía, y Dios me perdone, vayan a este enlace, si es que desean jugar en la "Champions league" de estos temas, como hizo, en sus tiempos, el emperador Juliano II (en la imagen). Aunque yo, de ustedes, me lo pensaría dos veces. Más que nada, por si las moscas...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Los usuarios y consumidores somos tratados como una pelota: de aquí para allá y ¡a patadas! Es curioso, en este país, lo que cuesta darse de baja de lo que sea. Y dicen que defienden a los consumidores. Todo son patrañas y embustes políticos. Y ¿qué me dices de las compañías telefónicas? Buen tema para un artículo.
Más sanciones y mano dura para todas estas empresuchas fantasmas que nos "torean" y para las que no son tan fantasmas, las grandes... esas que alardean de imagen y que también se pasan al consumidor por el forro de sus caprichos (como decía García).

Popeso Dudando dijo...

Estoy de acuerdo. Lo de las grandes empresas con sus supuestas centralitas de atención al cliente es un escándalo. Te envian de un operador a otro, sólo con ánimo de que desistas en tu reclamación. Y sí, en España, darse de baja, aunque sea de la tarjeta del Bonobús, es una operación más que complicada.

Anónimo dijo...

No estaría mal que escribieras una entrada sobre las centralitas de las compañías telefónicas y de como nos van pasando como una pelota de departamento en departamento, cada cual más ignorante en el tema que preguntamos. Con tu humor fino puede resultar un artículo curioso.

Popeso Dudando dijo...

Ni loco, estoy tan escaldado de los servicios de atención al cliente que prefiero no tener que recordar mis experiencias con ellos.
De todas formas he escrito ya una entrada más o menos relacionada con el tema. La puedes leer aquí

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