Soy "futbolero", muchos de ustedes ya lo saben. Y como todo practicante del fútbol que se precie, odio la natación. Imagino que, dejando de lado lo objetivamente tediosa que puede llegar a ser, este poco aprecio que los "peloteros" le profesamos, viene derivado de la manía que tienen los traumatólogos de recomendarnos su práctica como medio de recuperación de las lesiones producidas por nuestro juego favorito. De tal manera que solemos identificar nadar en una piscina con estar lesionado y no poder entrenar con balón.
Bueno, el caso es que ayer estuve nadando un poquillo. Apretaba el calor, así que fui a la piscina a refrescarme y, de paso, a hacer un poco de deporte. Tengo que reconocer que no estuvo mal (en cuanto a lo de estar fresquito), pero lo de nadar de una punta a otra, cambio de sentido y vuelta a empezar, me sigue superando. Por muy increíble que parezca, hasta el jogging parece una actividad divertida al lado de este continuo ir y venir.
Pero a grandes males, grandes remedios, y el aparatejo que les presento en esta entrada puede servir para mitigar el sopor producido por esa sucesión interminable de brazadas y respiraciones. Como pueden apreciar en las dos fotografías superiores, les estoy hablando de un reproductor de mp3 sumergible que, ajustado adecuadamente a las gafas de nadar, nos permitirá amenizar con nuestra música favorita las monótonas e interminables (al menos, para mí) sesiones de piscina.
Esta referencia es la que, según "Engadget" ha creado la prestigiosa marca Speedo (la del bañador de los records, el famoso "Lzr racer suite", del que se hablará sin parar, en cuanto comiencen las próximas olimpiadas, ya verán), aunque en su página web no la he encontrado por ningún lado, y no sería por no haberla buscado. En todo caso, pongan "mp3 acuático" en su buscador y podrán elegir entre diferentes modelos (incluidos los de las fantásticas "teletiendas") posiblemente, más baratos, aunque quizá no tan "fashion" como el que les acabo de recomendar.
2 comentarios:
Yo lleo dos días seguidos llendo a la piscina en mis vacaciones y... puedo decir que la odio también. No soporto ver a viejos y viejas dar largos sin parar mientras que yo tengo que parar cada 4 porque me asfixio. Es realmente aburrida la piscina, si señor.
Y no hemos hablado de las señoras "boya" que nadan pero no se mueven, y que, cuando menos te lo esperas, se quedan en medio de la calle, con lo cual acabas estampándote contra ellas. Y aún encima, además del susto y el golpe, te acabas llevando una bronca. Definitivamente, odio la natación.
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