
Los padres de Christian eran leones de feria. Cuando el circo cerró, fue comprado en Harrods (se ve que venden de todo en esos almacenes), siendo apenas un cachorrito (ver fotos), por un par de amigos que vivían en Londres. A medida que la criatura fue creciendo y ganando peso y fuerza, se fue convirtiendo en un problema para sus nuevos propietarios. Ya saben, alimentarlo era una ruina, asustaba a los vecinos, destrozaba media casa, etc, etc. Al final, los dos jóvenes, con todo el dolor de su corazón, tuvieron que desprenderse del pobre Christian, entregándolo a un famoso naturalista que se encargó de readaptarlo a la vida salvaje en una reserva africana.

Nada más aterrizar en el aeropuerto africano, recibieron un mensaje del naturalista informándoles de que su león había vuelto a aparecer, sorprendentemente, por las inmediaciones de su parque, y que estaba con su nueva manada en unas montañas cercanas. Que parecía cosa de telepatía, pero que, aún así, no se hicieran muchas ilusiones, pues no se podrían acercar demasiado a verlo, ya que Christian era ahora un animal salvaje, y como a buen seguro no les recordaría, lo más probable es que les atacase.
Si quieren saber como fue el reencuentro, no dejen de ver este video:
Fuente y agradecimientos: María José Astorga Pascual.
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