Se cumplen, uno de estos días, diez años de la muerte de Frank Sinatra. Todo un personaje, sin duda, Frankie "ojos azules" o "la voz", como solía ser denominado. Sinatra, se mire desde el aspecto que se mire, resulta siempre una figura de lo más interesante. Gran actor, maravilloso cantante e impresionante showman, su vida personal no fue muy edificante, precisamente.
Frank fue un reconocido juerguista, impenitente bebedor de Jack Daniels, noctámbulo, mujeriego, e incluso, más que probablemente, un peligroso mafioso. Pero aún sabiendo todo eso, no puedo evitar que me siga resultando de lo más simpático. Quizá sea por esa deliciosa imagen de pícaro que nos mostraban sus comedias de los 60. ¿Se acuerdan?. Vaya tres calaveras que estaban hechos el Sinatra y sus dos variopintos colegas de correrías, Dean Martin y Sammy Davis jr, los cuales eran conocidos, en aquellos tiempos, como el Rat Pack (pandilla de ratas). Por cierto, que a pesar de la fama de conservador, machista y retrógrado que tenía y tiene Sinatra, su amistad con Sammy Davis jr, posiblemente, hizo tanto por los derechos civiles de los negros americanos como el mucho más radical "Black Power" de la época.
¿Y qué decir de su vida sentimental?. Otro caos, pero igual de apasionante. La verdad es que ya desde el principio las cosas no le fueron demasiado bien, ya que incluso llego a ser detenido, acusado de adulterio, tras rencorosa denuncia de su primera esposa. Después llegarían muchas otras mujeres a su vida, entre ellas algunas tan hermosas como Ava Gardner (con Frankie, en la imagen de cabecera) o Mia Farrow. Realmente, Sinatra no tendría que haber sido un hombre especialmente atractivo para las féminas, pues era bajito y escuchimizado, un "tirillas" que se dice ahora. Pero si tiramos de curriculum, su éxito entre las mujeres fue incuestionable.
Aún así, o a causa de ello, su relación con Ava Gardner fue de lo más tormentosa, y a los ojos actuales, en absoluto políticamente correcta. Sus peleas eran constantes, ambos abusaban del alcohol y eran personas muy celosas, lo que, paradójicamente, les empujaba al adulterio. Es bien célebre la aventura que Ava tuvo en España con el grandioso torero Luis Miguel Dominguín. Y los celos, especialmente los de Sinatra, excedían de lo sentimental y se extendían a lo profesional, de tal modo que se cuenta que lo que provocó la ruptura de su matrimonio, no fue tanto el que el orgullo masculino de "la voz" no pudiera asimilar los escarceos extramaritales de su bella esposa, sino más bien su incapacidad de digerir la posibilidad de que el creciente éxito artístico de su mujer pudiera oscurecer su propia estrella. Frankie era un ególatra, no hay duda, pero claro, si has vendido millones de discos, ganado innumerables premios Grammy, dos estatuillas de Hollywood y, además, te has casado con Ava Gardner, creo que un exceso de amor propio está casi justificado.
Aún así, posiblemente, Sinatra no era excesivamente feliz en aquellos años. Quería a su esposa (a su manera, nunca mejor dicho), se daba cuenta de que la perdía, pero no supo o pudo retenerla. Finalmente, en 1957, el inevitable divorcio puso fin a un matrimonio que había comenzado en 1951, el mismo año en que Sinatra grabó una premonitoria canción titulada "I'm a fool to want you", y que podrán escuchar si tienen el buen gusto de echar un vistazo a este interesante reportaje fotográfico con el que pongo punto y final a esta nostálgica entrada.
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