jueves, 22 de mayo de 2008

Maquiavelo Rajoy

Me cuesta entender lo que está sucediendo en el Partido Popular. Por una parte considero lógico que, tras perder sus segundas elecciones generales consecutivas, se vean obligados a soltar algo de lastre para ser más competitivos. Prescindir de dirigentes como Zaplana, Acebes y demás supervivientes de la época del PP en el gobierno, es bastante comprensible, aún reconociendo su polémica pero notable valía política. Lo que ya no veo tan normal es que el propio Mariano Rajoy no se autoincluya en esta lista, y pretenda seguir encabezando el partido conservador durante cuatro años más.

Su renovación ideológica tampoco tiene nada de extraño. Me parece perfecto que políticos más jóvenes quieran acabar con la imagen rancia que en España se tiene de los conservadores. El problema que veo yo, es que en vez de haber comenzado esta deriva de pensamiento modernizando ciertas ideologías sociales y económicas que lo estaban pidiendo a gritos, Mariano Rajoy y su nuevo equipo han deducido, a tenor de los deficientes resultados obtenidos por el partido en los territorios históricos, que resolver su confrontación con los nacionalismos es el camino más directo al triunfo dentro de cuatro años. Y si para ello es necesario dulcificar su actitud beligerante contra los separatistas vascos, aunque sea a costa de prescindir de gente tan honesta y valiente como María San Gil, pues se la fuerza a dimitir y santas pascuas. Y la cosa tiene mal arreglo, porque aún encima, los "marianistas" se han dado cuenta que insistir en estas tesis les puede servir también para liberarse (lo que, por otra parte, considero realmente necesario) del influyente pero incómodo lobby de medios de comunicación ultraliberal que les apoyó hasta hace apenas un mes, y no han tardado en lanzarse a toda "prisa" a los brazos del grupo mediático rival, y perdonen la redundancia.

Y no digo que, en este país enfermo, ése no sea un buen método para regresar al poder, pero creo que resulta más honesto continuar en la oposición de por vida manteniéndose firme en unos principios irrenunciables, que traicionarlos a cuenta de una hipotética victoria electoral futura. Y es que mientras en este país siga existiendo un lugar como Euskadi, en el que algunos valientes han perdido su libertad e incluso su vida, por defender unos ideales particulares pero democráticos, me parece de una bajeza moral escandalosa que sus supuestos compañeros de partido prioricen la recuperación del gobierno de Madrid, sobre la preservación intacta de los principios por los que aquéllos otros se han venido sacrificando durante tantos años.

Yo, lo único que espero es que, a pesar de las notables carencias democráticas del sistema de representación del PP, la gente recta y honesta, que alguna quedará entre los populares, se rebele contra esta pragmática deriva, y derroten a "Maquiavelo" Rajoy y a los suyos en el congreso del mes de junio. Sea como fuere, ni se imaginan cuanto me alegro de haber votado a otra mujer valiente como Rosa Díez, en las elecciones del pasado marzo. Ya sé que es un asunto delicado, pero si desean opinar sobre lo que les acabo de relatar, por favor, no se corten.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

La única solución a ésta crisis del PP , sería que el Sr Mariano Rajoy abandone el partido, pero lo veo muy difícil

Popeso Dudando dijo...

Creo que ya es tarde para que dimita. Habrá que esperar si alguien del pp se atreve a desafiarlo en el próximo congreso de junio.

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