No, no se rían, que el artefacto de la imagen no es el fruto de mi defectuosa imaginación. No, aunque no se lo crean, el aparato ese, híbrido de coche y avión, ya fue inventado hace unos sesenta años por un tal Theodore P. Hall, que lo denominó "ConvairCar". Lamentablemente, y, a pesar de realizar, al menos, dos exitosos vuelos, el proyecto se abandonó, en parte, a causa del accidente sufrido por uno de sus prototipos, en el año 1947.
En fin, en vista del "clamoroso éxito" de este "coche volante", me temo que tendré que seguir buscando otras alternativas que me permitan evadirme de las aglomeraciones de las calles de mi ciudad.
A ver si encuentro algo interesante por aquí...
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