¡Ja! ¡Me río yo de Forrest Gump! Llevan viajando 30 años... y todavía siguen. Y además van rápido, muy, muy rápido: 1.6 millones de kilómetros cada día. Aunque claro, a escala astronómica ambas viajan exasperantemente despacio. Nos referimos a las gemelas Voyager, casi tan famosas como las Olsen. Ambas sondas fueron lanzadas al espacio en 1977, aprovechando una curiosa alineación planetaria entre Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno que tiene lugar cada 175 años. Curiosamente la Voyager 2 inició su periplo unos días antes que la Voyager 1 (los días 20 de agosto y 5 de septiembre respectivamente).
La Voyager 1 es actualmente el objeto construido por el ingenio humano que más lejos ha llegado, a una distancia del Sol de aproximadamente 15.600 millones de kilómetros. La Voyager 2 se quedó un poco rezagada con respecto a su hermana, a unos 12.500 millones de kilómetros solamente. A esa distancia, las comunicaciones con la Tierra (señales que viajan a la velocidad de la luz) tardan unas 14 y 12 horas, respectivamente, desde que son emitidas por las naves.
Ambas gemelas son una especie de botella a la deriva con mensaje dentro, pues llevan unos discos de oro con los mejores éxitos del planeta Tierra (información sobre cómo reproducir el disco, datos sobre la Tierra y sus formas de vida, música y sonidos de nuestro planeta, etc.). ¡Espero que los alienígenas no se enfaden por no emplear el formato mp3!
¡Ah, y parece ser que estas sondas todavía tienen cuerda para rato! Se estima que sus generadores termonucleares todavía puedan proporcionar energía suficiente para seguir funcionando aceptablemente hasta el año 2020. ¡No está mal para una misión diseñada para durar apenas 5 años!
Feliz aniversario, guapas.
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