domingo, 12 de agosto de 2007

Era el violador del chándal


Pues es la típica historia de violador condenado a tropecientos años de cárcel que sólo cumple cuarto y mitad, gracias a la incompetencia de nuestros legisladores y a la inocencia de algunos "profesionales" de la sicología, rehabilitación social y demás pseudociencias inventadas para alimentar a esta pandilla de inconsecuentes.

Se ha detenido en La Coruña a Andrés Mayo Fernández, acusado de un buen puñado de violaciones y agresiones sexuales cometidas en el último año, en esta ciudad gallega. Resulta que este individuo fue condenado a 108 años de cárcel en 1990 por varios delitos similares en la provincia de León, donde era conocido como "el violador del chándal".

Si quieren ver su cara de cabrón en aquella época, ya saben...clic aquí.

Naturalmente, al cabo de 12 años, convenció de que iba a ser un niño bueno, a tres de los cinco miembros que componen la junta de tratamiento para la concesión del tercer grado, y fue puesto en libertad. Supongo que estas tres lumbreras (el psicólogo, el educador y el subdirector de la prisión, por si desean felicitarlos) estarán ahora mismo redactando su carta de dimisión y pidiendo un nuevo destino en la Conchinchina.

La historia continua con una esperpéntica boda que, la iglesia católica, con buen criterio, se negó a celebrar, y un posterior traslado a la ciudad herculina, donde, oculto bajo su nueva fachada de hombre de familia (mujer, dos hijos y trabajo estable), parece que siguió encontrando tiempo para su macabro hobby, según nos hemos enterado ahora.

Ustedes pensarán que quizá me estoy precipitando a la hora de juzgar a este individuo, que no respeto la presunción de inocencia y demás zarandajas. Tienen razón. Pero me da igual. Me basta con los crímenes que cometió en el pasado para poder catalogarlo de escoria.

¿Que ya ha cumplido su pena?, ¿que ha pagado su deuda con la sociedad?. No sé yo, pero si a 108 años le restamos 12, creo que que todavía nos debe 96. Así de simple.

Y lo triste es que mientras esperamos que algunos aprendan a restar, seguirá habiendo víctimas inocentes que pagarán las consecuencias de la ineptitud y soberbia de nuestros sistemas político, judicial y penitenciario, y, sobre todo, de las personas que los componen.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, Tito. soy Ziña , de Salesianos.Me he adentrado en tu blog por consejo de Carlos. Te felicito por el título y por el cariño a los gatos, que comparto.
Sobre la noticia del violador y otras cosillas de la España de charanga y panderETA de los últimos meses y años, aquí va mi debate
¿Por qué no la pena de muerte?
Si las sociedades avanzadas tienen, por ejemplo, al ejército como medio de respuesta y conservación de su sistema de valores y cuando en una guerra tiene que matar NINGÚN CIUDADANO se escandaliza por ello, no entiendo por qué vemos en la pena de muerte como defensa jurídica de los valores sociales algo tan retrógrado y salvaje. Creo
que no vale decir que en la guerra sí es ético matar a otro ( un desconocido de otro país, por ejemplo) pero no lo es la pena de muerte.
En mi opinión, si como sociedad podemos matar a otro mediante el ejército, no veo ningún dilema ético en que lo hagamos mediante los tribunales.
Ya sé que hay quien dirá que las estadísticas demuestran que el crimen no desciende allí donde hay pena de muerte. De acuerdo. Pero seguro que si se hubiera liquidado a individuos como ese violador, ÉL YA NO VOLVERÍA A DELINQUIR.
También , frente a los que sostengan que a veces se producirían errores judiciales condenando a muerte a inocentes, les diría que reflexionen sobre cuántas personas mueren como consecuencia de errores médicos de nuestro sistema de salud, y nadie cuestiona todo eso, sino que se toma como algo inevitable (cuando se descubre que es negligencia, porque muchas veces el corporativismo logra disfrazar de "complicaciones" lo que a buen seguro son errores médicos ).
Siento opinar de forma tan dura, pero como ciudadano estoy muy harto de tanta demagogia y de ver cómo todos los etarras, violadores y "solitarios" de tres al cuarto se ríen en nuestra cara, y además tengamos que tener fe en su reinserción. En España hoy el derecho a la vida se entiende de formas distintas: podemos permitirnos abortar en determinados casos, y luchamos por ayudar a quienes desean morir mediante la eutanasia. Esto está bien visto, y no lo discuto,pero creo que tenemos una doble vara de medir cuando nos rasgamos las vestiduras ante la pena de muerte.

Ahí os he dejado algo de polémica.
Un saludo a todos.

Popeso Dudando dijo...

Hola Ziña. Me alegro de saludarte. No te falta razón y tu argumentación es muy lógica. Creo que en el tema de la pena de muerte no hace falta buscar pros o contras de tipo funcional (me refiero a si es efectiva o no, a quien se le aplica, etc), sino que es una cuestión de ética, principios o como quieras llamarle. Tú buscas justificaciones a este tipo de pena que a ti te sirven, pero que otros ni siquiera se pararán a analizar. Porque para éstos el derecho a la vida está fuera de toda discusión.
Yo, personalmente, estoy en contra de la pena de muerte, porque me da miedo darle al estado el poder de decidir quien vive y quien no. Mi teoría es que cuanto menos intervenga el estado, mejor. Porque, ya sabes, que luego la gente que compone las instituciones estatales se emociona con tanto poder y acaban ejecutando al enemigo (político, laboral, sentimental, etc).
Con decirte que casi veo más justo otorgarle ese derecho a la víctima del delincuente, que al propio estado.
Así, que como ves, cada uno tiene sus razones.
Venga, un saludo y si quieres colaborar en el blog, escribiendo tus propias entradas, estaríamos encantados (ponte en contacto conmigo).

Ojodeorux dijo...

Hola, chicos. Hoy he leído una frase de Gandhi que creo que viene que ni pintada y que ilustra y justifica mi visión del tema. Dice así: "El hombre no posee el poder de crear vida. No posee tampoco, por consiguiente, el derecho a destruirla."

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