Nada como leer la prensa deportiva para encontrar temas sobre los que escribir aquí. Lean esto, si no se lo creen.
El individuo del puro no fue, precisamente, un ganador como su homónimo equino. Poeta maldito, borracho impenitente, tienen ante ustedes al genial poeta Dylan Thomas.
Fue, desde luego, una de las mayores figuras de la poesía anglosajona de la primera mitad del siglo XX. No quiero mentirles acerca de mi erudición, así que prefiero confesarles que apenas he leído un par de poemas suyos (recuerdo uno que iba de los suspiros o algo así), y que no sería capaz de decirles de memoria el título de ninguna de sus obras. Aún así, siempre he sentido predilección por este personaje, del que dicen tomó su nombre artístico mi admirado Bob Dylan, y que, comezó a morir en el mítico Hotel Chelsea, rodeado de alcohol y vómitos.
Si se sienten atraídos como yo, por este universo de caos y exceso, incluso tanto, como para atreverse a ojear (u hojear, según prefieran) alguno de sus poemas (les juro que leyendo poesía nunca nadie ha cogido una gonorrea), creo que deberían acompañarme a un par de sitios:
-Web oficial de Dylan Thomas (en inglés).
-Descarga de sus poemas completos (en castellano).
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